Un niño lleva atado al pie un cazo (cacerola). Si bien el es bueno para muchas cosas la gente lo que más nota es su cazo. En todo lo que hacía el cazo se interponía en su camino e impedía su felicidad. Un día decidió esconderse dentro de él, hasta que llego una señora que también cargaba uno, pero más pequeño. Le enseño a Lorenzo como aprovechar su caso y como podía cargarlo de forma más fácil.
Es un lindo cuento ilustrado que nos muestra que muchas veces cargamos con dificultades que nos dificultan nuestro camino. Arrastrar con ellas puede ser duro pero seguro que si las aceptamos y las abrazamos será más fácil vivir con ellas.
EDAD RECOMENDADA: +6 AÑOS