Los sentimientos son parte de la vida tanto para los niños como para los adultos, por eso la autora quiere que los niños entiendan el concepto de emociones y puedan expresar sus sentimientos con palabras. El libro ha recibido elogios de padres, educadores y profesionales médicos de todo el país. Se usa a la hora de dormir, cuando los padres quieren hablar de lo que pasó ese día; en las aulas, cuando los profesores quieren hablar de orgullo y decepción; y con niños enfermos que sufren tanto de miedo y confusión como de dolor.
Las ilustraciones y el texto en rima representan a los niños que experimentan una variedad de emociones, que incluyen frustración, timidez, celos y orgullo. Los sentimientos no son ni buenos ni malos, simplemente son. Los niños necesitan palabras para nombrar sus sentimientos, al igual que necesitan palabras para nombrar alimentos, ropa, juguetes, personas, etc.
Las imágenes fuertes, coloridas y expresivas acompañan a los versos para ayudar a los niños a conectar la palabra y la emoción.